¿Qué hace la lluvia ácida al medio ambiente?

La lluvia ácida provoca una serie de efectos ecológicos, incluida la acidificación de lagos, arroyos, humedales y otros paisajes acuáticos. La lluvia ácida también acelera la descomposición de los edificios, destruye árboles en las elevaciones altas y daña los bosques suelos.

Además del ácido sulfúrico y nítrico de la propia precipitación, la lluvia ácida también libera aluminio en los sistemas acuáticos por su interacción con los suelos en una cuenca. Cuando la lluvia ácida fluye a través de los suelos en una cuenca, libera aluminio. Cuando fluye a través de las costas y el suelo cercanos, el aluminio se absorbe en el suelo. La afluencia de lluvia ácida y aluminio hace que las aguas sean tóxicas para la mayoría de los organismos acuáticos, incluidos peces, almejas y cangrejos de río.

La lluvia ácida también causa daños severos a los árboles y bosques en elevaciones más altas porque elimina el suelo de nutrientes vitales y libera aluminio, lo que impide que los árboles absorban agua. La lluvia ácida reduce la capacidad de los árboles y las plantas para soportar enfermedades, insectos y temperaturas frías, y también puede afectar la reproducción en los árboles.

La lluvia ácida se refiere a la precipitación con altos niveles de ácidos sulfúrico y nítrico. Se produce a partir de procesos naturales, como erupciones volcánicas y vegetación en descomposición, pero con mayor frecuencia se debe a la quema de combustibles fósiles. La única forma de frenar los efectos de la lluvia ácida es limitar la liberación de combustibles fósiles y otros contaminantes que la causan.