La sangre transporta oxígeno, dióxido de carbono, nutrientes, agua, hormonas, sustancias de desecho y calor. Las sustancias de desecho se trasladan al hígado y los riñones, que eliminan las toxinas de la sangre. La urea se mueve del hígado a los riñones.
El oxígeno se transporta a los órganos para mantenerlos saludables, mientras que el dióxido de carbono se devuelve al corazón y los pulmones. Los nutrientes que se obtienen de la digestión, como las vitaminas y los minerales, se transfieren a los diversos órganos que los necesitan. Las hormonas se mueven a las áreas donde se necesitan de los lugares donde se hacen. El calor se transporta a lugares como la piel para mantener el cuerpo a la temperatura correcta.