Una corona de laurel representa la victoria. Este simbolismo se originó en la mitología griega antigua. Aunque una ramita de laurel está impresa en las medallas modernas de los Juegos Olímpicos, el significado de laurel comenzó durante los Juegos de Pythian, sagrados para Apolo.
Según el mito griego, el dios Apolo se burló de Eros, el dios del amor. En venganza, Eros lanzó una flecha dorada hacia Apolo que hizo que se enamorara perdidamente de la mortal Daphne, a quien Eros disparó con una flecha de hierro que hizo que ella rechazara para siempre el amor. El amor no correspondido de Apolo lo obligó a perseguir sin fin a una mujer que nunca aceptaría sus avances. Daphne pidió ser salvada de este destino. Los dioses la transformaron en un árbol de laurel como un escape. Desde ese día en Apolo usó una corona de laurel hecha de las hojas de su amada Daphne. En honor de Apolo, el vencedor en los Juegos de los dioses de Pythian fue coronado con una corona de laurel.