Holly es un símbolo religioso en muchas partes del mundo. Los antiguos romanos lo asociaron con su dios sol, Saturno, mientras que la tradición celta cree que representa el octavo mes del Calendario del Árbol.
En la mitología celta, el Rey Holly gobernó desde el verano hasta el solsticio de invierno, representando la mitad más oscura del año. Los antiguos celtas decoraban sus hogares con el brillo de las bayas de acebo, creyendo que era un símbolo de la suerte. Otros creen que las hojas de acebo representan las espinas de la corona de Jesús y las bayas para representar su sangre. En Escandinavia, el acebo se llama la Espina de Cristo. Los antiguos druidas lo consideraban un árbol sagrado de la brujería.
