La teoría del conflicto propone que los sistemas sociales se dividan esencialmente en dos lados o grupos sociales, la clase dominante y la clase trabajadora, y que estos dos grupos estarán en constante conflicto debido a su naturaleza inherente. La teoría fue desarrollada por el filósofo político Karl Marx.
La razón del conflicto, según Marx, se debe a la división casi intemporal de la sociedad por la riqueza y el poder. La clase dominante en última instancia controla las instituciones legales y políticas, así como el poder de fabricación y producción.
Como resultado, la clase trabajadora o de sujeto es explotada y está constantemente a merced de los caprichos de la clase dominante. Este conflicto está en el núcleo de todos los sistemas sociales, según Marx, que se había desarrollado en cuatro etapas principales tal como él lo veía, desde el comunismo primitivo hasta la sociedad antigua, seguido por la sociedad feudal y la sociedad capitalista moderna.
Esta idea de división es evidente en todas las edades, excepto en el comunismo primitivo, que esencialmente significa sociedades prehistóricas que se encontraban en los niveles más básicos del desarrollo social. Marx escribió que a medida que las sociedades se desarrollaban más, también lo hacían los métodos para dividir las clases dominantes de los sujetos, junto con los métodos de explotación y opresión. En tales sociedades, el poder económico afecta directamente las posibilidades de obtener el nivel de vida deseado.