En toda la cultura asiática, la grúa es un símbolo de buena fortuna y longevidad. En la China imperial, cuando los símbolos e imágenes en las ropas de una persona designaban su rango y estado, la grúa representaba sabiduría y inmortalidad. En las tradiciones japonesa, coreana y china, la grúa tenía una vida útil de 1.000 años.
Aunque se puede asegurar que las grúas no tienen una vida útil de 1.000 años, pueden ser una de las especies de aves vivas más antiguas. La evidencia fósil apunta a su existencia como una especie que comenzó hace 60 millones de años.
Además de su asociación con la sabiduría, los chinos consideran que la grulla es un ave celestial. Se creía que sus poderosas alas podían transportar almas al cielo además de elevar a las personas a reinos de mayor iluminación.
En Japón, la grulla se considera una criatura mística y sagrada. Su legendaria vida útil de 1.000 años es la base de la tradición de senbazuru, en la que se crean 1.000 grúas a través de la técnica de plegado de papel conocida como origami, y luego se conectan entre sí mediante una cuerda. Según una antigua leyenda japonesa, una persona que pliega 1,000 grullas de origami tendrá su deseo otorgado por una grúa. Otras versiones de la leyenda afirman que la creación de 1,000 grullas de origami traerá una recuperación de una enfermedad o una larga vida. Se cree que las 1,000 grúas deben ser hechas por la misma persona, sin asistencia, y completadas en un lapso de un año.