En general, el inicio de la esclerosis lateral amiotrófica incluye debilidad muscular, que desciende gradualmente hacia la parálisis y, eventualmente, dificultad para hablar, comer y respirar, según la Asociación de Distrofia Muscular. La progresión de la ELA puede diferir para cada individuo, con síntomas que ocurren a diferentes tasas de impulso.
Las primeras etapas de la ELA pueden manifestarse como músculos débiles y blandos o músculos rígidos, tensos y espásticos que se contraen y se contraen, según la Asociación de Distrofia Muscular. Las personas en esta etapa pueden sentirse cansadas y tener problemas con el agarre, el equilibrio y el habla, y algunas personas pueden encontrar un bastón o un soporte para la pierna útil.
Los síntomas aumentan y empeoran durante las etapas medias de la ELA, explica la Asociación de Distrofia Muscular. Los músculos continúan deteriorándose y pueden paralizarse. El individuo no puede conducir, es posible que no pueda levantarse después de caer y puede tener problemas para comer y respirar. Pueden ocurrir episodios de manifestaciones emocionales no controladas e inapropiadas. En esta etapa, las personas pueden encontrar que los tubos de alimentación, los sistemas de ventilación no invasivos, las sillas de ruedas y los medicamentos son útiles para hacerles frente.
Las etapas tardías de la ELA muestran una parálisis generalizada. El individuo experimenta graves dificultades para respirar y comer y no puede comer ni beber sin un tubo de alimentación, según la Asociación de Distrofia Muscular. Las personas en esta etapa requieren asistencia médica avanzada y atención las 24 horas.