Los dragones barbudos muestran enfermedades a través de deformidades, crecimiento atrofiado, convulsiones, pérdida de coloración, parálisis, dificultad para respirar, flujo de moco, diarrea, falta de apetito y pérdida de peso. Algunos de estos síntomas indican deficiencias genéticas eso no se puede evitar, pero se pueden modificar otras condiciones haciendo ajustes al entorno o la dieta del dragón barbudo.
Las deficiencias de vitamina D3 y calcio provocan deformidades, crecimiento atrofiado y convulsiones. Estos se pueden resolver esparciendo insectos con suplementos de calcio y vitamina D en cada alimentación y asegurando una iluminación adecuada en el tanque del lagarto. Los dragones barbudos deben alojarse en tanques de 40 a 55 galones con cubiertas de pantalla. Sobre el tanque, deben montarse luces fluorescentes para garantizar que la lagartija reciba suficiente radiación UV y calor en su área de calentamiento. La pérdida de color provocada por la deficiencia de beta-caroteno se alivia alimentando a la lagartija con verduras frescas de color naranja y amarillo, como las zanahorias. La parálisis del cuarto trasero se produce por sobrealimentación. Los dragones barbudos deben alimentarse solo con insectos pequeños, y los insectos con exoesqueletos duros, como los gusanos de la harina, solo deben alimentarse con dragones barbudos cuando están recién mudados.Aunque algunas enfermedades pueden curarse en el hogar modificando la dieta o las condiciones ambientales, otras necesitan ayuda profesional. Si un dragón barbudo manifiesta problemas respiratorios como respiración ruidosa y moco o trastornos gastrointestinales como pérdida de apetito y diarrea, es mejor que un veterinario lo trate.