Los médicos usan ultrasonidos renales para examinar el estado de los riñones y órganos relacionados, como los uréteres y la vejiga, afirma Johns Hopkins Medicine. Los ultrasonidos renales detectan el tamaño, la ubicación y la forma de estos órganos, y revelan tumores, quistes, obstrucciones e infecciones.
Los ultrasonidos renales pueden detectar la retención de líquidos alrededor de los riñones y las piedras en los riñones o los uréteres, informa Johns Hopkins Medicine. Los ultrasonidos renales son herramientas útiles cuando los médicos necesitan orientación para colocar agujas en o cerca de los riñones. Los médicos se basan en los ultrasonidos cuando realizan biopsias de tumores renales, drenan quistes o abscesos renales e insertan tubos de drenaje. Los ultrasonidos renales también se usan para medir el flujo de sangre a los riñones a través de las arterias y venas renales. Además, se utilizan para examinar un nuevo riñón después de un trasplante de riñón.
Durante una ecografía renal, un transductor envía ondas de sonido a través del cuerpo hacia el órgano que se está examinando, explica Johns Hopkins Medicine. Las ondas rebotan en los órganos y huesos a diferentes velocidades, y el transductor interpreta estos datos como indicadores de diferentes tipos de tejido. Los ultrasonidos renales son una buena alternativa a las tomografías computadas (CAT) para mujeres embarazadas y pacientes con alergias, ya que los ultrasonidos no requieren la inyección de tintes de contraste en el cuerpo.
Antes del procedimiento, se aplica un gel transparente en la piel para permitir que el transductor se mueva suavemente y elimine el aire entre la piel y el transductor. No hay preparaciones específicas que una persona deba hacer antes de la prueba. Sin embargo, es posible que se requiera que los niños ayunen durante varias horas antes de una ecografía renal.