La espuma que sale de la boca de un perro puede ser causada por ejercicio, ansiedad, náuseas, ingestión de una sustancia de mal sabor, una enfermedad dental, enfermedad hepática o renal, dificultad para tragar, envenenamiento, convulsiones, un efecto secundario de un medicamento o rabia. Si se observa la formación de espuma durante un período de tiempo considerable sin una causa conocida, el perro debe ser llevado a un veterinario.
La rabia es generalmente la primera preocupación cuando un perro exhibe espuma excesiva y babea de su boca. Sin embargo, en 2005 solo hubo 76 casos caninos de rabia en los Estados Unidos. La posibilidad de que un perro vacunado se vuelva realmente susceptible a la enfermedad es muy reducida. Es más probable que el perro esté ejerciendo una gran cantidad de energía durante el ejercicio, lo que provoca que babee, jadee mucho y haga espuma en la boca.
Si la espuma en la boca es seguida por una pérdida de consciencia, o si las extremidades del animal se contraen o se sacuden, el perro puede tener una convulsión. Las convulsiones pueden durar desde unos pocos segundos hasta unos pocos minutos. Los perros que sufren una convulsión deben ser retirados cuidadosamente de cualquier mueble en el que puedan lastimarse y deben ser llevados al veterinario tan pronto como termine la convulsión. Los propietarios también deben mantener sus manos alejadas de la boca y la cabeza del perro durante el ataque.