Existe un mito popular de que los pavos miran hacia el cielo con la boca abierta cuando llueve, lo que supuestamente hace que se ahoguen. Este mito ha sido desacreditado por los científicos.
Los pavos tienen una reputación de baja inteligencia, y tienen el hábito de mirar al cielo a veces durante unos 30 segundos. Si bien este comportamiento es divertido para muchos, existe una razón genética para este extraño comportamiento.
Los pavos tienen lo que se llama visión monocular, lo que limita su capacidad de enfocarse claramente en un solo objeto. En su lugar, ven dos vistas separadas del mundo por cada ojo. Podrían estar tratando de ver mejor las gotas de lluvia cuando miran hacia arriba durante una ducha. Otra forma de pensar es que los pavos están genéticamente predispuestos a comportamientos extraños gracias a una condición conocida como torticola tetánica.