El bazo se encuentra debajo del lado izquierdo del diafragma y cerca del estómago, el páncreas, el hígado y el corazón. La vena cava inferior y la arteria hepática, procedentes del corazón, están situadas a la derecha del bazo. El órgano está protegido por la caja torácica.
El diafragma es el órgano que permite a los humanos respirar. Es una función automática controlada por el cerebro. El estómago recoge la comida antes de ir al intestino delgado. El páncreas, sentado detrás del estómago y adyacente al bazo, ayuda a controlar el azúcar en la sangre.
El hígado filtra la sangre que proviene del tracto digestivo, elimina sustancias químicas y metaboliza los medicamentos que se toman antes de que la sangre llegue al resto del cuerpo. El corazón es el motor que bombea la sangre.
El bazo trabaja con el hígado y es responsable de purificar la sangre y almacenar las células sanguíneas. También ayuda al sistema inmunológico a combatir enfermedades e infecciones. El bazo tiene dos secciones, una pulpa blanca que produce células inmunitarias y algunas células sanguíneas, y una pulpa roja que elimina las células sanguíneas viejas o muertas.
El bazo generalmente no se puede palpar por palpación a menos que esté enfermo e inflamado. Una vez que llega a ese punto, generalmente se extrae el bazo y el hígado se hace cargo de la limpieza de la sangre y de las actividades del sistema inmunológico. Las personas pueden vivir sin un bazo, pero no sin un hígado.