La diplomacia moral del presidente Woodrow Wilson fue un enfoque diplomático en el que se brindó apoyo a los países cuyas creencias morales se alinearon con las de Estados Unidos. La teoría de Wilson era que al apoyar solo a esos países, los ideales de los Estados Unidos se extenderían a otros países que tenían diferentes ideologías.
Wilson propuso su política por primera vez durante las elecciones de 1912. Creía firmemente en la idea de un gobierno democrático y esperaba que su política ayudara a fomentar la expansión de la democracia. Aunque quería fomentar el crecimiento en todo el mundo, su enfoque principal era América Latina. Su enfoque diplomático difería de su predecesor, el presidente William Howard Taft. El enfoque de Taft fue en la creación de vínculos económicos con otros países.
Como resultado de su política, el gobierno de Wilson a menudo intervino en los asuntos de otros países. Cabe destacar que intervino en Haití, Nicaragua y México. Wilson incluso mantuvo a las tropas estacionadas en Nicaragua, y utilizó esas tropas para elegir al presidente del país. En Haití, Wilson utilizó la fuerza militar para elegir al presidente. En México, Wilson tuvo un papel importante en la Revolución Mexicana. Wilson ocupó un importante puerto en México y efectivamente debilitó al líder mexicano, Victoriano Huerta. Huerta se vio obligada a renunciar al poder en favor de Venustiano Carranza.