El acto de poner piedras en lápidas es un acto religioso utilizado por la religión judía. En la tradición judía, los practicantes suelen colocar piedras en las tumbas de seres queridos fallecidos, en lugar de la costumbre tradicional enterrar a los seres queridos con flores y poner ramos y plantas en sus tumbas. Los historiadores y teólogos discuten los orígenes de esta antigua práctica, pero creen que colocar flores en las tumbas se deriva de las tradiciones paganas.
Según los historiadores, se pueden usar piedras como marcadores de tumbas debido a varias razones. Primero, las pilas de piedras históricamente sirvieron como marcadores para identificar sitios y lugares importantes. Además, las piedras sirven como objetos para recibir a los visitantes y actúan como recordatorios de que los seres queridos no son olvidados. El folklore estipula que las piedras actúan como tapas en las tumbas y evitan que las almas divaguen. Otra creencia sugiere que las piedras, como los recuerdos y, a diferencia de las flores, duran eternamente. Por razones prácticas, las piedras una vez se colocaron como marcadores para identificar el lugar de enterramiento del difunto: piedras grandes o pilas de piedras, fácilmente disponibles, soldados identificados, agricultores y otros que murieron mientras viajaban. En recuerdo de sus seres queridos, se pueden colocar piedras grandes y únicas en las tumbas, pero los judíos a veces también usan pequeñas pilas de guijarros.