Una infección conjuntival, también conocida como conjuntivitis, ojo rosado, ojo rojo y ojo de madras, es una infección de la conjuntiva. La conjuntiva es la membrana transparente que cubre el interior del párpado y la esclerótica.
Cuando la conjuntiva está infectada, la inflamación hace que los vasos sanguíneos se vuelvan altamente visibles, lo que resulta en un color rosado o rojo. Los síntomas incluyen desgarro, párpados hinchados, picazón, secreción, dolor, sensibilidad o sensación de irritación en el ojo.
En la mayoría de los casos, las causas de una infección conjuntival incluyen alergenos, bacterias, virus, hongos o factores ambientales, como la contaminación del aire o productos químicos, en forma líquida o vapores, que irritan los ojos. Los irritantes ambientales incluyen polvo, humo, perfumes y cosméticos. En los bebés, la causa puede ser un conducto lagrimal obstruido.
La conjuntivitis es más frecuentemente causada por adenovirus, como la causada por el virus del herpes simple. Hay enterovirus que causan infecciones conjuntivales hemorrágicas agudas, que se han convertido en epidemias en el pasado.
Inicialmente, las infecciones conjuntivales causadas por alérgenos o agentes irritantes ambientales no son contagiosas, pero pueden dejar la conjuntiva abierta a una infección bacteriana o viral, que puede transmitirse fácilmente a otras personas. Las infecciones conjuntivales se pueden transmitir de persona a persona, de objetos sólidos a una persona o de fuentes de agua a una persona.