El hipoclorito de sodio, el ingrediente activo en la lejía doméstica, tiene un 50% de probabilidad de ser letal a una concentración de 192 mg por kilogramo de peso de una persona, según un recurso de la Universidad de Cornell. Eso equivaldría a unos 3.6 gramos de lejía líquida (a una concentración de 5.25%) por kilogramo de peso del bebedor.
La lejía también es terriblemente cáustica y causa quemaduras químicas en los tejidos blandos al contacto, especialmente si se embebe. Incluso consumida en pequeñas dosis, una persona se enferma gravemente y requiere hospitalización, explica la Universidad de Cornell. Si una persona sospecha que él u otro ha consumido cloro, debe llamar al centro de control de envenenamientos de inmediato.