La ley de inercia establece que un objeto en reposo permanece en reposo y un objeto en movimiento permanece en movimiento con la misma velocidad y en la misma dirección, a menos que sea una fuerza desequilibrada. La ley de inercia se refiere a veces como la primera ley de movimiento de Newton.
Sir Isaac Newton presentó sus tres leyes del movimiento por primera vez en 1686 en "Principia Mathematica Philosophiae Naturalis". La primera ley, la ley de inercia, establece que la velocidad de un objeto cambiará solo si hay una fuerza externa que lo hace cambiar.
Un buen ejemplo de esta ley como se ve en la vida cotidiana es la de una cometa que vuela en el cielo. La cometa permanecerá en el aire, a su velocidad actual, a menos que se cambie por la velocidad o la dirección del viento. Otro excelente ejemplo de la primera ley de Newton se ve cuando un paquete se cae de un avión en movimiento. El paquete continuará cayendo a la velocidad a la que el avión se estaba moviendo hasta que una fuerza externa, en este caso, la gravedad, cambie la velocidad.
Si un objeto no tiene velocidad, ese objeto permanece en reposo. Nada cambiará eso a menos que una fuerza externa lo mueva. La cantidad de cambio a la que está sujeto el objeto se explica en la segunda ley de movimiento de Newton, que establece que una fuerza es igual al cambio en el impulso.