La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas verdes fabrican sus propios alimentos. El proceso tiene lugar en pequeñas estructuras dentro de las células de la planta llamadas cloroplastos. La fotosíntesis evolucionó hace unos 3 mil millones de años, pero sigue siendo el método más importante para recolectar la energía solar en el planeta.
La mayoría de los cloroplastos residen en células ubicadas en las hojas de una planta, pero ocasionalmente también ocurren en otros lugares. Los cloroplastos utilizan una sustancia llamada clorofila para absorber la energía transportada por la luz solar. Una vez que esta energía es absorbida, los cloroplastos la combinan con dióxido de carbono y agua para producir azúcares. Los azúcares permiten que las plantas almacenen la energía para su uso futuro. La fotosíntesis también produce oxígeno, que es necesario para que todos los animales respiren.
Las plantas verdes que viven en los ríos, lagos y océanos del mundo también participan en la fotosíntesis, pero deben vivir relativamente cerca de la superficie. Muchos otros organismos simples, como las algas y las cianobacterias, participan en la fotosíntesis. Sin embargo, los científicos sospechan que el proceso solo evolucionó una vez.
Los científicos sospechan que los cloroplastos fueron inicialmente organismos independientes. Durante millones de años, los organismos más grandes los envolvieron y formaron una relación simbiótica con los pequeños orgánulos. Los cloroplastos tienen su propio ADN, que la mayoría de los científicos interpreta como evidencia del origen independiente de las estructuras.