Muchos organismos realizan la respiración celular, incluidos animales, bacterias, hongos y protozoos, según CliffsNotes. Estos organismos utilizan los carbohidratos derivados de las plantas para adquirir la energía que necesitan para llevar a cabo los procesos metabólicos.
En los organismos que realizan la respiración celular, las células almacenan los carbohidratos en su citoplasma y desintegran los carbohidratos para obtener energía, explica CliffsNotes. Esta energía es esencial en la combinación de difosfato de adenosina y iones de fosfato para crear moléculas de trifosfato de adenosina, que sirven como fuente de energía para procesos celulares que requieren energía.
La respiración celular implica la glucólisis, que es el proceso que descompone las moléculas de glucosa para producir moléculas de ácido pirúvico, afirma CliffsNotes. Otra parte de la respiración celular es el ciclo de Krebs, en el que la energía derivada de la molécula de ácido pirúvico se utiliza para crear compuestos de alta energía. El sistema de transporte de electrones suministra electrones a través de coenzimas y citocromos, lo que lleva a la liberación de la energía en los electrones. La respiración celular también incluye la quimiosmosis, en la que los electrones proporcionan energía para la síntesis de ATP.
La respiración celular y la fotosíntesis están interrelacionadas, porque la respiración celular requiere oxígeno para recibir electrones, y la fotosíntesis produce oxígeno, señala CliffsNotes. Las plantas obtienen energía de la luz solar y proporcionan energía en forma de trifosfato de adenosina para los procesos celulares. La respiración celular produce dióxido de carbono, que es un producto de desecho metabólico que las plantas necesitan para la fotosíntesis. A través de la fotosíntesis, las plantas crean carbohidratos, repitiendo así el ciclo.