La composición del suelo se refiere al tipo y cantidad de sustancias que se encuentran en los suelos. Las sustancias del suelo se encuentran en cuatro componentes básicos: minerales, materia orgánica, agua y aire. La combinación de estas sustancias varía entre los suelos, pero generalmente consiste principalmente en minerales seguidos de partes iguales de agua y aire y una pequeña cantidad de materia orgánica.
Además de variar en su composición, los suelos difieren en sus densidades y capacidades para absorber y retener el agua. Entre las esporas del suelo hay espacios porosos, que contienen diferentes niveles de suelo, aire y agua. En los suelos, la proporción de espacios de poros llenos de aire a espacios de poros llenos de agua varía ampliamente y cambia con frecuencia. Estas raciones pueden cambiar diariamente, semanalmente y según la temporada y dependen de muchos factores y condiciones intrínsecas y externas, como la adición de agua a través de la descarga de aguas subterráneas, inundaciones y precipitaciones. Además, el volumen del espacio de los poros puede ser alterado por técnicas humanas y mecánicas, como la agricultura y la labranza. El contenido y la composición de los suelos varía según la ubicación geográfica y el entorno circundante. Los suelos en áreas de humedales y bosques son generalmente más densos y pesados y tienen volúmenes más grandes de materia orgánica. Los suelos en regiones secas y áridas tienen poros más pequeños y menos contenido de materia orgánica.