La radioactividad ocurre cuando los núcleos atómicos se vuelven inestables y pierden la capacidad de mantener los dos núcleos juntos. Este evento ocurre cuando hay una cantidad excesiva de protones o neutrones dentro de los núcleos, lo que los priva de la energía que necesitan para prevenir la actividad anormal.
La radiactividad se produce de la misma manera, pero aparece en tres tipos diferentes: alfa, beta y gamma. En la desintegración alfa, las partículas alfa son idénticas a los núcleos de helio, que están formados por dos protones y dos neutrones unidos entre sí. Inicialmente, la partícula alfa se escapa del núcleo de un átomo padre y se repele más de sus fuentes por varios procesos de la mecánica cuántica. Estos procesos cambian el átomo original de una partícula alfa a un elemento diferente, lo que reduce su masa y sus números atómicos. La radiactividad beta se produce en dos tipos. Durante el primer tipo de descomposición, las emisiones se producen a partir de la transformación de uno de los neutrones de un núcleo en un protón, un electrón y un antineutrino. El segundo tipo de desintegración beta es similar en el proceso, pero implica la transformación de un protón en un neutrón, neutrino y positrón. La desintegración gamma tiene lugar después de que un núcleo sufre una desintegración alfa o beta y da como resultado la hiperestimulación de un núcleo. La radiación gamma es la forma más intensa de radioactividad y tiene fuertes capacidades de penetración.