El cuento de Kate Chopin, "Ripe Figs", contrasta a los dos personajes, la joven Babette y su anciana madrina, Maman-Nainaine, que utilizan la maduración de los higos como un dispositivo para enmascarar el contraste del personaje subyacente. A Babette se le dice que puede visitar a sus primos cuando maduren los higos en el árbol. La historia sigue el proceso de maduración desde "pequeñas canicas verdes duras" hasta higos morados.
Maman-Nainaine utiliza la maduración de los higos y la floración de los crisantemos como un medio para contar el paso del tiempo. Babette revisa los higos durante todo el verano con una impaciencia que no traiciona su adolescencia, mientras que Maman-Nainaine espera pacientemente. Chopin describe a Babette como "inquieta como un colibrí", un marcado contraste con Maman-Nainaine, que es "tan paciente como el estatuto de la Madone".
Chopin se desliza en su primera pista de que la historia es algo más que simples higos maduros con la línea, "no es que la maduración de los higos haya tenido que ver con eso, pero así es como fue Maman-Nainaine". La alusión frecuente a la naturaleza y el paso de las estaciones simbolizan la maduración de Babette a medida que hace la transición de la adolescencia y Maman-Nainaine a medida que se acerca a sus años crepusculares.
Cuando Babette presenta los higos maduros al final de la historia, Maman-Nainaine comenta: "Ah, cuán temprano han madurado los higos este año", mientras que Babette lamenta "Oh, creo que han madurado tarde". Las diferentes percepciones de Maman-Nainaine y Babette sobre el paso del tiempo son consistentes con las de una mujer madura con una vida detrás de ella y una mujer joven con una vida plena por delante.