Experimentar un mal sabor en la boca después de la extracción de un diente es generalmente el resultado de la formación de coágulos de sangre o de alimentos atrapados en el sitio de extracción hueco, según el Dr. John V. Shroyer. El sabor es generalmente normal y parte del proceso de curación.
Es importante enjuagar con una mezcla de agua tibia y sal para eliminar los residuos atrapados, y al hacerlo también alivia los olores y sabores desagradables. Según la Clínica Mayo, la persistencia de un mal sabor u olor acompañado de hinchazón, pus o sangrado excesivo indica la necesidad de atención médica inmediata. Las implicaciones serias incluyen la toma seca, una infección o daño a los nervios.