El modelo de carbono de Bohr tiene un núcleo central que contiene seis protones y seis neutrones, rodeado por una órbita interna de dos electrones y una órbita externa de cuatro electrones. Las dos órbitas representan diferentes niveles de energía y están a una distancia establecida entre sí y desde el núcleo.
En el modelo de Bohr, los electrones con menos energía ocupan las órbitas más cercanas al núcleo y no participan en el enlace químico. Cuando un electrón recibe un paquete o cantidad de energía, salta a la siguiente órbita. Cuando un electrón pierde energía, libera una cantidad de energía y salta a la órbita más cercana. La órbita más externa se llama la cáscara de valencia. En el caso del carbono, los cuatro electrones en la capa de valencia le permiten formar moléculas de muchas maneras diferentes.