Los espermatozoides, también conocidos como espermatozoides, son células reproductoras masculinas. Los espermatozoides se presentan en varias formas diferentes y son componentes esenciales para la reproducción. Los espermatozoides varían ligeramente en la composición física, pero tienen formas corporales distintas, caracterizadas por cabezas y largas colas singulares.
Los espermatozoides se producen en machos de muchas especies, incluyendo plantas, animales y humanos. Algunos espermatozoides se mueven, mientras que otros son en gran parte inmóviles. Los espermatozoides que se mueven se llaman espermatozoides; estas células tienen un flagelo largo y singular que actúa como colas y timones. Los espermatozoides no móviles, en cambio, se llaman espermatios y tienen colas más cortas. Los espermatozoides no se dividen y tienen vidas relativamente cortas. Al acoplarse y fertilizar óvulos femeninos, los espermatozoides transfieren información y datos genéticos críticos a nuevos descendientes, que a su vez tienen rasgos de ambos padres. Los espermatozoides tienen estructuras anatómicas distintas y tienen las mismas estructuras físicas básicas. Todos los cuerpos de esperma contienen una cabeza, cuello, pieza intermedia, pieza principal y pieza final. En sus cabezas se encuentran núcleos condensados, que están cubiertos por una estructura similar a un capuchón llamada acrosoma, que protege los núcleos y permite el transporte de fluidos. A veces, se producen errores y defectos en las células espermáticas, lo que les da una apariencia anormal y puede interferir con sus funciones. Los espermatozoides pueden tener cabezas demasiado pequeñas, demasiado estrechas o con múltiples cabezas y colas.