El carbono anomérico es carbono sobre el que giran los anómeros. El carbono carbonilo encontrado en la cadena abierta se convierte en carbono anomérico en la estructura cristalizada, que también es el carbono más yodado que se encuentra en el anillo. Según la Universidad de Emory, según la orientación del grupo que está unido al carbono anomérico, los carbohidratos de cetosa y la aldosa ciclada pueden adoptar una configuración anómera an o b.
El carbono anomérico posee una propiedad conocida como efecto anomérico, que es la preferencia de un electronegativo en una orientación axial en oposición a la orientación ecuatorial. Esta explicación también ha incluido los carbohidratos, el sistema acíclico y los heterociclos saturados. Se sabe que el electronegativo en la posición anomérica existe como el actor axial. Esto es lo que se llama efecto anomérico. Según Biology Online, un buen ejemplo de un carbono anomérico es el carbono que se encuentra en el monosacárido, como la glucosa, en el que se produce la rotación. En la mayoría de los casos, el carbono anomérico puede identificarse por un átomo de carbono unido a dos átomos de oxígeno y unido por enlaces simples. El resultado de esta rotación son dos configuraciones distintas, una alfa y una beta. Como tales, los carbohidratos pueden cambiar espontáneamente entre las configuraciones alfa y beta, un proceso comúnmente denominado mutarotación.