Los saltamontes son comidos por aves, arañas, serpientes, roedores e insectos. En México y África, los saltamontes son consumidos por los humanos por su alto contenido de proteínas. Los saltamontes comen cereales, pasto y hojas, pero algunas especies de saltamontes son omnívoras.
Los saltamontes ponen varios huevos para contrarrestar los diversos depredadores naturales que encuentran. Los enjambres de saltamontes pueden causar devastación en los campos humanos y se consideran plagas.
Los saltamontes se preparan de varias maneras para el consumo humano. Son hervidas, fritas, secadas al sol, ensartadas y condimentadas con especias. Esopo contó una fábula basada en el saltamontes llamado "La hormiga y el saltamontes"; en ella, el saltamontes es representado como una criatura perezosa y, en última instancia, desprevenida. Bernard Suits más tarde recreó la fábula, cambiando la imagen del saltamontes por una que vale la pena aspirar, porque en su historia el saltamontes vive la vida ideal.