Las prácticas agrícolas deficientes, la deforestación y el sobrepastoreo del ganado son algunas de las causas del agotamiento de los nutrientes del suelo. Estas actividades conducen en última instancia a la erosión del suelo, la anegación, la salinización y la desertificación, que es cuando el suelo pierde 10 por ciento de su productividad.
Hay muchos factores que contribuyen al problema global del agotamiento de los nutrientes del suelo, pero uno de los más importantes es el uso de procesos agrícolas de calidad inferior. A través de la aplicación de pesticidas y herbicidas tóxicos, los microorganismos patógenos actúan como una plaga, contaminando el suelo e inhibiendo el crecimiento de las plantas. El cultivo de cultivos en pendientes pronunciadas también degrada significativamente la calidad del suelo.
El riego puede causar anegamiento, que es la sobresaturación del suelo. El anegamiento elimina los nutrientes del suelo y daña las raíces de las plantas a través de la desnitrificación. Otro efecto de la agricultura es la salinización, o la acumulación de sales dentro del suelo. El agotamiento de nutrientes del suelo tiene un efecto directo en la salud humana, ya que los estudios muestran un valor nutricional decreciente de las frutas y verduras a lo largo de los años.
Las plantas y la vegetación proporcionan un mecanismo de protección contra la erosión del suelo que rodea sus raíces. Cuando el sobrepastoreo del ganado, el desarrollo de la tierra o la agricultura reduce la cantidad de forestación, la erosión se produce a un ritmo acelerado. Como resultado de la actividad humana, la erosión del suelo se produce a un ritmo mucho más rápido que la formación del suelo.