Charles Darwin estudió de cerca 13 especies de pinzones endémicos de las Islas Galápagos. Estas aves formaron los rudimentos de la famosa "Teoría de la Evolución por Selección Natural" de Darwin.
En 1831, Charles Darwin se convirtió en el naturalista a bordo del HMS Beagle, que estaba destinado a un registro exploratorio de cinco años de la región del Pacífico Sur. Fue en este viaje que comenzó su estudio de los pinzones. Observó que las aves eran visualmente diferentes, identificando que los patrones de sus picos variaban en tamaño y forma. Determinó que las variaciones del pico estaban vinculadas a diferentes dietas y, a su vez, a las fuentes de alimentos disponibles. Darwin racionalizó que las aves deben haber evolucionado a partir de un antepasado común, proporcionando la base para sus teorías sobre la evolución. A lo largo de su carrera posterior, Darwin estudió otros animales, como las palomas y las lombrices de tierra.