La mejor forma de acelerar la oxidación en el hierro es introducir ácidos o oxidantes en el metal. El vinagre y el ácido muriático son ácidos excelentes para acelerar la oxidación.
La oxidación ocurre cuando el hierro impuro entra en contacto con el agua, el oxígeno y otros ácidos. La sal puede hacer que el óxido de hierro sea más rápido. El hierro no se ve afectado por la oxidación cuando entra en contacto solo con aire o agua pura. Se necesita una reacción electroquímica para degradar el metal. La oxidación se puede prevenir mediante la aplicación de recubrimientos de productos químicos que resisten la formación de óxido. La galvanización implica recubrir el hierro con una capa de zinc metálico.