Los mamíferos mantienen la homeostasis mediante las protecciones estructurales y el control de varios sistemas a través de los sistemas nervioso y endocrino. La homeostasis es el mantenimiento de un entorno interno constante, que en mamíferos y aves incluye una temperatura constante. Todos los animales mantienen múltiples factores, incluidos factores químicos y físicos, para que sus sistemas corporales funcionen con la máxima eficiencia.
El sistema muscular es un elemento importante de la homeostasis en los mamíferos. Junto con el sistema esquelético, mantiene la postura y la estructura del cuerpo y protege los órganos internos. También es el principal generador de calor para la temperatura de la homeostasis. Además de sus funciones estructurales y de apoyo, el sistema esquelético actúa como un depósito de calcio, que el cuerpo libera en respuesta a la hormona paratiroidea. El sistema esquelético es también el sitio principal de producción de células sanguíneas, manteniendo las propiedades de la sangre en un estado constante. La piel es la capa protectora más externa, que excluye los objetos y sustancias no deseados y evita la pérdida de agua. También ayuda a mantener la homeostasis de la temperatura en muchos mamíferos al excretar el sudor a través de los poros que contiene.
La homeostasis química debe mantenerse, y esto requiere la eliminación constante de desechos metabólicos para que no se acumulen en los tejidos del cuerpo. Esto se logra a través del sistema circulatorio, que lleva estos desechos al sistema excretor para su eliminación.