Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, no se conoce ninguna interacción entre el antibiótico azitromicina y el alcohol. Sin embargo, la Clínica Mayo recomienda que los pacientes discutan el consumo de alcohol con sus médicos antes de tomar cualquier medicamento.
La Clínica Mayo proporciona una larga lista de medicamentos que normalmente no deben mezclarse con azitromicina, como eritromicina, metadona, quinina y warfarina. Sin embargo, en ocasiones se requiere la combinación de recetas. Las condiciones médicas continuas a veces interfieren con la función de la azitromicina. Estos incluyen fibrosis quística, sistema inmunológico debilitado, infecciones adquiridas en el hospital e insuficiencia cardíaca congestiva. En todos los pacientes, un efecto secundario leve común es la diarrea.