Los gatos pueden comer fruta de fresa, ya que no es tóxico para ellos. Sin embargo, las hojas de fresa pueden causar irritación si se comen o entran en contacto con un área expuesta del cuerpo, como Almohadillas para la nariz o la pata.
Los gatos que comen o se frotan contra las hojas de fresa generalmente experimentan estornudos y ojos llorosos. Comer la fruta no causa síntomas, aunque los gatos pueden considerar que las fresas son desagradables, ya que no pueden probar el azúcar. Los gatos son carnívoros obligados, lo que significa que sus sistemas digestivos están diseñados para utilizar carne, no material vegetal. Los gatos carecen de receptores de sabor para el dulzor, por lo que las frutas dulces, como las fresas, son una experiencia de sabor muy diferente para los gatos que para los humanos. Además, los gatos tienen una capacidad limitada para digerir el azúcar en comparación con los humanos, lo que hace que las fresas sean un alimento inadecuado para los gatos en grandes cantidades.