De acuerdo con la American Liver Foundation, un hígado puede curarse solo si se detiene la fuente de daño y se realizan cambios inmediatos en el estilo de vida. Si ha habido daño hepático grave durante bastante tiempo, o una El hígado de la persona sufre una lesión aguda repentina, se puede requerir un trasplante.
El hígado puede sufrir daños por causas que incluyen lesiones físicas, enfermedades, toxinas y trastornos autoinmunes. Para permitir que un hígado dañado se cure, uno debe tomar medidas para reducir cualquier estrés en el hígado. LiverCare 101 recomienda eliminar las toxinas que causan estrés en el hígado, entre las que se incluyen el alcohol, el tabaco y muchos medicamentos (como los medicamentos con paracetamol o estatinas) que son procesados por el hígado. El paciente debe reevaluar todos los medicamentos con un médico. El ejercicio es importante, ya que reduce los depósitos de grasa en el hígado. El paciente debe evitar las dietas pesadas en proteínas, que pueden estresar el hígado. El paciente también debe aumentar la ingesta de frutas y verduras que tienen propiedades antioxidantes para ayudar a eliminar las toxinas del cuerpo. Algunos suplementos dietéticos de venta libre pueden ser muy efectivos para curar el daño, especialmente el cardo mariano, la cúrcuma, la alcachofa, el lino, el jengibre y el diente de león. Dado que los suplementos dietéticos no están moderados por la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU., Es importante consultar con un médico o dietista para obtener los suplementos formulados correctamente.