Un perro puede estar comiendo nieve debido a una amplia gama de problemas médicos, como deshidratación. La enfermedad de Cushing, la insuficiencia renal y la enfermedad de Addison pueden provocar la ingestión de nieve. Si un perro está hidratado y sano, no hay nada de qué preocuparse; a algunos perros simplemente les gusta el sabor.
Con moderación, la nieve no hace daño a un perro. Sin embargo, es aconsejable vigilar la ingesta de nieve de un perro; una cantidad demasiado alta puede causar malestar estomacal o diarrea. Mientras el perro siempre tenga agua fresca, la deshidratación puede eliminarse como una razón para este comportamiento.