Las pruebas de las teorías se limitan a los sistemas autocontenidos de lógica analítica y matemáticas, mientras que la ciencia explica la naturaleza como un todo dinámico. Las pruebas son finales y binarias, dos características que no pueden existir en algo tan vivo y cambiante como la ciencia. Además, las teorías pueden falsificarse cuando se descubren nuevas pruebas.
Los científicos aceptan una teoría cuando existe como la mejor explicación entre otras alternativas, si las hay. La aceptación de una teoría depende de la aparición de una mejor o de su falsificación por nuevas pruebas. Incluso el hecho científico, definido por The Free Dictionary como una observación confirmada aceptada como verdad, no es definitivo.
El objetivo de la ciencia es explicar la naturaleza y eliminar teorías rivales. Algunas teorías científicas son más aceptadas porque son las mejores explicaciones de un fenómeno o simplemente son más creíbles. Sin embargo, la credibilidad no es un verdadero criterio científico.
Incluso si se falsifica una teoría, eso no significa necesariamente que el fenómeno al que se refiere también se cuestione. Por ejemplo, la teoría de la gravedad es una explicación de cómo funciona la gravedad, pero si se descubriera que es defectuosa, eso no significaría que la gravedad no existe en absoluto.