Las personas se convierten en refugiados porque deben huir de su país de origen, ya sea un país, estado o región, por razones de seguridad o supervivencia. A menudo, la causa es un desastre natural, una guerra, una persecución religiosa o Alguna otra forma de opresión. El Holocausto nazi es un ejemplo histórico de personas que son expulsadas de sus hogares y que huyen a otros países para escapar de la violencia y las penurias que se les infligen.
Un documento de las Naciones Unidas denominado Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados se creó después de la Segunda Guerra Mundial y define la mayoría de las leyes sobre refugiados. A la fecha, 147 países han firmado la Convención, lo que significa que permiten a los refugiados buscar protección y asilo dentro de sus fronteras. Una vez que un país de acogida ha aprobado a un solicitante de asilo, no se les puede obligar a salir por deportación legal a un área donde su seguridad personal estaría en riesgo. También deben tener derechos civiles y tener acceso a servicios sociales.
El derecho de asilo, a menudo denominado asilo político, se remonta a los egipcios y es una tradición occidental consagrada por el tiempo. Algunos refugiados cruzan las fronteras internacionales, mientras que otros viajan a otras áreas de su propio país, en cuyo caso se les considera una persona desplazada internamente.