Las células siguen siendo pequeñas porque les permite utilizar los nutrientes de manera más eficiente, excretar desechos y replicarse. Su tamaño más pequeño les permite maximizar la energía celular.
Ser pequeño le da a las células una mejor relación de área de superficie a volumen. Esto hace que sea más fácil para las células utilizar nutrientes y excretar desechos. Cuanto más pequeña es la celda, menos tiempo se tarda en replicarse mediante un proceso llamado fisión binaria.
Las células minimizan la distancia entre sus núcleos y orgánulos al mantenerse pequeñas. Ser pequeño les permite maximizar la comunicación intracelular y proporciona condiciones ideales para la difusión. Esto permite una mejor absorción de oxígeno y nutrientes por parte de la célula.
Si las células fueran más grandes, la distancia entre su núcleo y orgánulos aumentaría. Esto haría difícil que el material se difunda a través de la membrana lo suficientemente rápido para acomodar el aumento del volumen celular. Por lo tanto, las células deben dividirse en células más pequeñas para mantener una tasa de comunicación intracelular competente.
Las células dejan de crecer debido a que las células más grandes requerirían más energía para producir suficientes proteínas para mantener las células. Ser pequeño hace que una célula sea más eficiente en la absorción de oxígeno y nutrientes. Esto permite que los residuos se eliminen de manera más eficiente y garantiza que la célula pueda maximizar sus funciones intracelulares.