El ciclo del carbono es importante porque todos los seres vivos están hechos de carbono de una forma u otra. El ciclo del carbono es la forma en que el carbono se intercambia en toda la Tierra: entre la atmósfera, los océanos, el ecosistema y la geosfera. Si el ciclo del carbono falla, entonces la vida comienza a descomponerse, causando que la vida termine.
El carbono en forma de CO2 está presente en la atmósfera en una cantidad muy pequeña, alrededor del 0.04 por ciento, pero tiene un gran impacto en la vida sostenible del planeta. El CO2 atrapa la radiación en la atmósfera y actúa como una manta caliente alrededor del planeta, atrapando el calor y evitando que la superficie se congele.
La forma en que viven los humanos, utilizando combustibles fósiles y otras prácticas que liberan CO2 al aire, contribuye a la cantidad de CO2 en la atmósfera. A medida que este CO2 se acumula, la capa atmosférica continúa creciendo, lo que aumenta la cantidad de calor atrapado en la atmósfera, lo que aumenta la temperatura en la superficie del planeta. Este es un importante contribuyente a lo que se llama calentamiento global o cambio climático global. Si los humanos dejan el exceso de CO2 en la atmósfera, se necesitan varios miles de años para salir del aire a través de mecanismos naturales.