Los mapas planos del mundo se ven distorsionados cuando se comparan con un globo, debido a las dificultades de representar objetos tridimensionales en dos dimensiones. Las proyecciones de mapas son formas diferentes de representar los diversos continentes, pero cada una proporciona Su propia distorsión dependiendo de la técnica que utiliza.
La forma más fácil de visualizar el problema con las proyecciones de mapas es imaginar cómo se quita la piel de una naranja de una pieza e intenta presionarla. La superficie resultante no es un rectángulo perfecto, que es la forma en que se representan la mayoría de los mapas. Para hacer que la piel forme un rectángulo, algunas áreas deben estirarse, causando una distorsión en la superficie. En un mapa del mundo, esto hace que las masas de tierra cerca de los polos parezcan mucho más grandes de lo que realmente son.
Un método común para tratar de corregir un mapa bidimensional es expandir la región ecuatorial. Esto crea un mapa con protuberancias, lados redondos, y las líneas de longitud norte-sur ya no son paralelas sino que siguen esta curva. Si bien esta proyección puede proporcionar una mejor representación del tamaño de los continentes, puede dificultar la comprensión de sus relaciones espaciales entre sí debido a la distorsión de las direcciones cardinales. La única pantalla que conserva el tamaño, la orientación y la posición relativa de los continentes requiere una esfera tridimensional.