La razón más obvia por la que las personas roban es porque no pueden pagar el artículo que necesitan o desean. Sin embargo, las personas roban por otras razones comunes, incluido un sentimiento de privación, un trastorno compulsivo conocido como cleptomanía, presión de los compañeros, problemas de salud mental y para una adrenalina pura.
Algunas personas que crecen en un ambiente pobre desarrollan un sentido incorporado de privación. Este sentimiento puede hacer que roben aunque vivan en un ambiente cómodo como adultos. La cleptomanía es una condición donde las personas roban impulsivamente sin importar la necesidad. Este trastorno es una explicación común de por qué las personas ricas, las celebridades y los atletas roban cuando podrían pagar fácilmente por el producto. Algunas personas con esta afección acuden a un consejero o terapeuta para aprender a manejar sus impulsos.
La presión de los compañeros es un motivo en algunos casos, especialmente con los jóvenes. Un adolescente puede robar después de ser atrevido por un grupo de amigos o para obtener una membresía formal o informal en un grupo o pandilla.
Además de la cleptomanía, las personas con depresión y otros trastornos de salud mental a veces roban como un mecanismo de afrontamiento. Las personas deprimidas pueden robar en ciertas ocasiones o fechas para distraerse de las emociones indeseables. La depresión puede mitigar la conciencia de la salud de las consecuencias.
Para algunos ladrones, la adrenalina o la emoción emocional que conlleva el peligro de robo es el motivo.