Alexander Hamilton apoyó a un banco nacional porque Estados Unidos necesitaba algún modo de recuperación financiera después de la Guerra Revolucionaria. En ese momento, Estados Unidos no tenía una moneda común. La creación de un banco nacional facilitaría la creación de una moneda común.
La creación de una moneda común fue importante porque, por sí mismas, las monedas de los distintos estados tenían poco valor. El uso de una moneda común pone una cantidad significativamente mayor de apoyo financiero detrás de la moneda y aumenta su valor. Era necesario crear un banco nacional para distribuir y administrar la nueva moneda. El concepto de Hamilton de un banco centralizado se adoptó en 1791. El nuevo banco operaría durante 20 años bajo la supervisión tanto del gobierno federal como de individuos privados. El establecimiento del banco no estuvo exento de controversia, sin embargo. Muchos temían que la ubicación en el norte del banco afectaría la decisión de colocar la capital de los Estados Unidos más cerca del punto medio entre los estados del norte y del sur. Otros se quejaron de que la creación de un banco nacional estaba fuera de los poderes otorgados al gobierno por la Constitución de los Estados Unidos. En cualquier caso, el banco operó durante los 20 años por los que fue originalmente constituido antes de su disolución en 1811.