El soborno no es ético porque provoca una distorsión del mercado. Como resultado, las personas que merecen ganar algo en realidad ganan muy poco o nada.
Soborno significa que alguien le da a otra persona algo que quiere para cambiar el comportamiento del receptor. Por ejemplo, si alguien se postula para un cargo y le da dinero a las personas a cambio de votos, esta es una forma de soborno. Le da al soborno una ventaja injusta, y la persona que no hace ningún soborno no obtiene lo que puede merecer. Esto también puede ir en sentido contrario, con alguien que intenta sobornar a una persona con poder para hacer algo por ellos. Los funcionarios nombrados y elegidos no pueden recibir regalos porque no hay manera de conocer definitivamente las intenciones del donante.