El jabón se hunde o flota en función de su densidad o la cantidad de masa en un volumen determinado. El jabón que contiene aire tiene una densidad más baja. Es el mismo principio que comparar una taza de cerámica con una de espuma de poliestireno. La última copa flota por sus burbujas de aire.
El único jabón de barra comercial en el mercado a partir de 2015 que sí flota es Ivory. Creado en 1863, se rumoreaba que este jabón flotante era un error de producción. Ese argumento es discutible, pero Procter & Gamble Company convirtió el factor de flotabilidad en una estrategia de marketing. El jabón fue un éxito porque si se resbalaba de una mano mientras se bañaba, flotaba en la superficie del agua, lo que hace que sea más fácil de encontrar.
Un experimento popular en las aulas de la escuela primaria implica comparar diferentes jabones para ver cuáles flotan. Las barras se colocan simplemente, una a la vez, en un recipiente con agua. Como era de esperar, la barra de marfil es un "flotador".
Las variaciones del experimento implican calentar las barras de jabón en un microondas antes de dejarlas caer en el agua. Dado que la aplicación de calor hace que las barras se expandan y se vuelvan resbaladizas, se vuelven menos densas y cuando se colocan en el agua, pueden flotar.