Si un objeto se hunde o flota, depende de su densidad y de la densidad del líquido en el que se coloca. Si el objeto tiene una mayor densidad que el líquido, se hunde. Si tiene menos densidad, el objeto flota.
Los científicos llaman a la capacidad de un objeto para flotar su flotabilidad. El factor clave que determina la flotabilidad de un objeto es si sus moléculas están empaquetadas densamente o están empaquetadas de manera flexible. Un objeto que tiene una alta densidad, como un cable, se hundirá porque tiene mayor densidad que el agua, mientras que un objeto con moléculas poco compactadas, como la madera, puede flotar.