Los microprocesadores se utilizan en servidores, computadoras de escritorio, computadoras portátiles y dispositivos móviles. Son populares en dispositivos integrados, que tradicionalmente usan microcontroladores. Los microprocesadores fueron nombrados para diferenciarlos de los procesadores más grandes utilizados a mediados del siglo XX.
Los microprocesadores, que eran mucho más pequeños que los procesadores anteriores, redujeron considerablemente el costo de las computadoras y abrieron el mercado para las computadoras personales. A medida que se hacían más poderosos y requerían menos energía, los fabricantes comenzaron a alimentarlos con baterías y crearon computadoras portátiles. Los servidores siguieron su ejemplo; los microprocesadores finalmente se volvieron lo suficientemente poderosos para alimentar incluso servidores de alta demanda.
En el pasado, la mayoría de los dispositivos integrados utilizaban microcontroladores que incluían RAM y otros componentes. Sin embargo, Linux, FreeBSD y otros sistemas operativos potentes y gratuitos han hecho de los microprocesadores la opción preferida para muchos dispositivos integrados. Los microprocesadores hacen que estos dispositivos sean más fáciles de programar y simplifican la prueba de diferentes componentes.
Los microprocesadores alimentan gran parte de Internet. Los sitios web se ejecutan en servidores que utilizan microprocesadores, y muchos de los nodos que controlan el tráfico de Internet también dependen de los microprocesadores. Si bien los microprocesadores Intel y AMD dominan la industria, los procesadores basados en diseños ARM se han vuelto más populares a lo largo de los años gracias a los dispositivos móviles. Su bajo consumo de energía también está estimulando su adopción en otras áreas.
