La carne de pavo es segura para los perros comer en pequeñas cantidades. La carne es grasosa y grandes cantidades pueden causar diarrea u otras molestias gastrointestinales. Los huesos y la piel del pavo son peligrosos para los perros.
La piel del pavo puede causar pancreatitis en perros de cualquier edad. El alto contenido de grasa puede abrumar el páncreas y causar vómitos, diarrea, letargo y, a veces, la muerte. Los huesos de pavo cocidos pueden desprenderse y quedar atrapados en la garganta de un perro. Esto puede causar asfixia o sangrado interno. La carne de pavo puede causar la salmonela si se deja afuera por mucho tiempo, por lo que los propietarios solo deben dar a las mascotas pequeñas cantidades de carne recién cocida.