Las suricatas son nativas de Sudáfrica y prosperan en los pastizales y en las planicies y mesetas del desierto. Las suricatas no suben ni vuelan, lo que las hace perfectamente adecuadas para la vida como mamíferos de madriguera y que viven en el suelo. Se congregan en grupos y hacen sus hogares en grandes madrigueras subterráneas.
Los suricatas son criaturas relativamente resistentes: sobreviven en climas desérticos y pueden sobrevivir a condiciones climáticas adversas, como períodos de calor prolongados y sequías, pero no son inmunes a la destrucción. Las suricatas prefieren tener comunidades y entornos de vida estables, pero se moverán si es necesario para encontrar fuentes adecuadas de alimentos y agua. Las suricatas pueden mudarse varias veces al año, si es necesario, a regiones fuera del desierto de Kalahari y las áreas circundantes de Sudáfrica para seguir a su presa. Las suricatas se alimentan principalmente de insectos como escorpiones, escarabajos, ciempiés, grillos y arañas. Son omnívoros y pueden comer vegetación de pastizales, así como huevos de aves y reptiles, tubérculos, raíces e incluso pequeños mamíferos y reptiles. Los suricatas viven en grupos exclusivos orientados a la familia, llamados pandillas, y con frecuencia son bastante territoriales. Aunque son de sangre caliente, lo que significa que naturalmente producen calor corporal, estos mamíferos dependen de los fuertes rayos del sol del desierto de la mañana para suministrarles energía y vitamina D.