La lactasa es una enzima ubicada en el intestino delgado. Su función es descomponer la lactosa, un azúcar que se encuentra en la leche y en los productos lácteos. Divide la lactosa en glucosa y galactosa. En los seres humanos, la deficiencia de lactasa resulta en una incapacidad para descomponer la lactosa en los alimentos, una condición conocida como intolerancia a la lactosa.
En los seres humanos, la lactasa está codificada en el cromosoma 2. Se encuentra principalmente en el intestino delgado y escasamente en el colon. Los bebés tienen alta expresión de lactasa. Esto les permite digerir la leche materna de sus madres y sobrevivir en los meses previos al destete. A medida que una persona crece hasta la edad adulta, el cuerpo comienza a producir menos lactasa. Esta es una respuesta a la variedad de la dieta de adultos y la falta de dependencia total de la leche.
Sin embargo, muchas personas padecen un grado de deficiencia de lactosa que no les permite digerir la leche entera. Esto se llama intolerancia a la lactosa. Una persona que es intolerante a la lactosa experimenta diarrea, calambres y gases. La falta resultante de productos lácteos en la dieta de una persona así conduce a huesos y dientes débiles.
No existe cura para la intolerancia a la lactosa, ya que no hay manera de aumentar el suministro de lactasa del cuerpo. Las personas con intolerancia a la lactosa están obligadas a buscar opciones de alimentos no lácteos que satisfagan sus necesidades dietéticas de calcio y vitamina D.