Las minas de plata más prolíficas del mundo se encuentran en Perú, Chile, Bolivia, México, Australia y los Estados Unidos. Serbia y China también producen cantidades sustanciales de plata. Aunque los mineros ocasionalmente descubren pepitas de plata pura, la mayoría de los depósitos de plata se desarrollan dentro del mineral de cobre y plomo. La plata pura es el resultado de complejas técnicas de refinamiento mecánico, térmico y químico que lo separan de otros elementos en el mineral.
La extracción de plata comienza con la separación química por flotación. Este proceso consiste en pulverizar el mineral, mezclarlo con productos químicos hidrófobos y verter la suspensión en un tanque de agua. Los productos químicos se unen preferentemente con partículas metálicas y forman pequeñas burbujas de aire alrededor de ellas. Los metales flotan hacia la superficie del tanque de separación, y el resto del mineral triturado se hunde hasta el fondo. Los trabajadores de la refinería recolectan las partículas metálicas concentradas y continúan con el siguiente paso en el proceso de extracción de plata.
Los refinadores utilizan varios métodos para extraer plata del mineral concentrado. Los refinadores eligen el enfoque que mejor se adapte a la composición y cantidad del mineral. Por ejemplo, la electrólisis es el método más popular para extraer plata del cobre. La forma más eficiente de extraer plata del mineral de plomo consiste en agregar zinc al plomo fundido. El zinc atrae los átomos de plata suspendidos en el plomo pero no se mezcla con el plomo en sí. Esto crea dos capas distintas de metal fundido. Después de extraer la capa de plomo en otro tanque, las fundiciones aumentan la temperatura de la mezcla de zinc hasta que el zinc se evapora, dejando atrás la plata.